Con caraqueño frio mañanero, escuchando zaperoco de guacharacas y leyendo el boletín del PSUV, disfruté el sabor del papelón de una suave y redondita catalina (paledonia o cuca) mojada en dulce cafecito negro claro con una pizca de chocolate, pensé lo agradable que, como recuerdo, sería para toda nuestra infancia actual y venidera recibir chocolates “El Cimarrón” en navidad, entre juguetes…por supuesto. Lo digo, pues mientras saboreaba hace días, también de mañana, en El Valle (Caracas) un chocolate de otra marca (aun resulta incipiente la producción y distribución de “El Cimarrón”, cosa pasajera), sonreí y me vino el recuerdo de aquel día cuando mi padre me contó que todo bote salvavidas debía contener chocolates…para la Vida, y no tuve más dulce remedio que compartirlo con un pequeño de unos 4 años, con su esquiva mirada afectuosa mientras saboreaba. Llegará el día cuando todos(as) pidamos”un Cimarrón”, por chocolate, como la Zulianidad exige su “Panorama” para pedir un periódico
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