via: Diario VEA
Junta Patriótica |
El 22 de enero de 1958 continúa la huelga general convocada por la Junta Patriótica con el objeto de derrocar a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez y arrecia la insurrección popular en Caracas. Fijada para la seis de la tarde la rebelión militar. Mientras, Pérez Jiménez recibe el parte del Ministro de la Defensa: "No hay novedad"
Fabricio Ojeda |
(Fabricio Ojeda: Presidente de la Junta Patriótica, instancia popular unitaria, integrada por los partidos, Comunista de Venezuela (PCV), URD, Acción Democrática (AD) y COPEI, a nivel de la juventud rebelde que militaba para entonces en esos partidos desde la clandestinidad y esta instancia dirigió el derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, Laureano Vallenilla Lanz y Pedro Estrada . Gobierno amamantado por el Imperialismo Yanke y con el apoyo de la oligarquía de siempre).
En la mañana, la ciudad mostró las huellas de los violentos combates entre la policía municipal y las manifestaciones populares. En el centro de Caracas abundaban los vehículos incendiados y restos de barricadas. Muchos establecimientos no abrieron sus puertas. En el palacio de Miraflores, Pérez Jiménez se muestra optimista y comenta con Rafael Pinzón y el general Néstor Prato: "La Junta Patriótica no tiene material contra los poderosos y modernos recursos de las Fuerzas Armadas. Ayer fue suficiente con unos cuantos policías y guardias nacionales para contener a los revoltosos. No tuve necesidad de sacar a la calle ninguna unidad militar regular. Es una demostración de la fortaleza del Gobierno. Si sacáramos a un batallón a la calle concluiríamos en media hora con los desórdenes". Rafael Pinzón es partidario de una alocución de Pérez a la Nación. "Diga unas palabras para tranquilizar. En dos palabras que aquí no ha pasado nada ni pasará nada". "Vaya, doctor, prepare esa alocución. Dígale a (Antonio) Pérez Vivas que traiga la televisión y la radio para después del mediodía", es la respuesta de Pérez Jiménez.
Inmediatamente llama a la Defensa para pedir las últimas novedades: "No hay novedad, mi general".
Marcos Pérez Jiménez |
A las doce vuelve el ensordecedor ruido de las cornetas. Se reinicia la huelga general. Cierra el comercio. Han aparecido francotiradores en Tinajitas, Caño Amarillo, incluso en los alrededores de El Silencio. Desde la Cota 905 pueden observarse incendios en diversos sitios de la ciudad. Aúllan las ambulancias en medio de los disparos. Llama la atención la participación de muchachos muy jóvenes en las barricadas. Han aprendido a manejar las bombas "molotov".
Ahora se extienden los combates, mientras la Junta Patriótica renueva los contactos con los enlaces militares en la Academia Militar y la Comandancia de la Marina. La hora de la insurrección en el campo militar es fijada al anochecer.
General Marcos Evangelista Pérez Jiménez |
A partir de las cinco de la tarde comienzan a llegar las malas noticias a Miraflores. Un transporte militar que llevaba armas y municiones de Conejo Blanco al cuartel Urdaneta fue asaltado en la avenida Sucre. A las seis de la tarde el coronel Carlos Pulido Barreto informa a Pérez Jiménez: "General, los buques de la escuadra de La Guaira (Vargas) han prendido sus calderas. Me informan que sale humo de sus chimeneas"
Contralmirante Wolfgang Larrazabal |
En la Academia Militar, los oficiales comprometidos han decidido informar y poner en pie de combate a los cadetes a las 10:00 pm. El coronel Pedro Quevedo será invitado a sumarse a las 9:30 pm. Si no lo hace será arrestado. En Puerto Cabello (Carabobo), los oficiales en rebeldía toman el mando del batallón de la infantería de marina General Rafael Urdaneta Nº 1. El destructor General José de Austria enciende sus calderas para sumarse al movimiento.
Desde el palacio de Miraflores, Pérez Jiménez da órdenes al batallón Carabobo de marchar sobre Puerto Cabello (Carabobo) y ocupar todas las instalaciones militares. El mayor Manuel Azuaje también recibe órdenes: "Vaya a La Planicie. El general le entregará dos baterías antiaéreas y una pieza de campaña 105, trasládese a La Guaira y emplácela contra los buques. No haga blanco, sino un tiro largo y uno corto de manera de fijar los buques y privarlos de toda capacidad de maniobra". Pérez Jiménez luce decidido y firme. "Con cuánto contamos en el palacio", pregunta a Pulido Barreto. Le presenta una lista de memoria. Dice: "Con ese parque es más que suficiente. Nadie se atreverá en verdad a librar combate a muerte. Los aplastaremos".
Marcos Evangelista Pérez Jiménez |
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