Puerto de Jacmel, Haití |
El 8 de diciembre de 1816 Bolívar, desde el puerto haitiano de Jacmel, emprenderá la segunda Expedición de Los Cayos, conocida con este nombre, aunque salió de este puerto de Jacmel. Aquí se aloja el Libertador por doce días en casa de la familia Christ. Apunta el historiador Paúl Verna que esta casa fue destruida por un incendio en 1896, pero la calle en que estaba ubicada se llama Calle Bolívar, por decisión de la Municipalidad de Jacmel de 1944.
En 1816 se inició un nuevo intento de recuperación republicana que, a diferencia del 1813, tuvo resultados duraderos. Las operaciones militares de este año 1816, permitieron a los patriotas ocupar una vez más el territorio de las provincias orientales y emprender acciones que condujeron a la ocupación de la provincia de Guayana. Los acontecimientos más importantes de 1816 se desarrollaron en la forma siguiente:
El Libertador no pudo conseguir en Jamaica la ayuda que buscaba para intentar la invasión de Tierra Firme. Enterado de que la plaza de Cartagena, sitiada por Morillo, había caído en poder de los realistas, y que un buen número de defensores de la plaza habían escapado y se encontraban en Haití, se dirigió a esta isla para hacer contacto con los exiliados patriotas y preparar una expedición a las costas de Venezuela. La buena acogida que le dispensó el Presidente de Haití, Alejandro Petión; la simpatía de éste por la causa hispanoamericana, y el apoyo de Luis Brión, quien había logrado salvar de Cartagena algunos pertrechos y barcos, facilitaron los planes del Libertador. Una asamblea de exiliados patriotas reunida en Los Cayos de San Luis, decidió llevar a cabo la expedición, compuesta de 250 hombres, en su mayoría ofíciales, que zarpó hacia Venezuela el 31 de marzo de 1816. Acompañaban a Bolívar: Mariño, Anzoátegui, Brión, Soublette, Piar, Bermúdez, Mac Gregor, Justo Briceño, Francisco Antonio Zea, Pedro León Torres, Ambrosio Plaza y otros.
Previamente hubo que resolver el problema del mando de la expedición. Varios exiliados se negaban a aceptar a Bolívar como jefe, desconfiados tal vez por el recuerdo del fracaso de 1814, cuya responsabilidad achacaban a El Libertador. Pero Bolívar contaba con las simpatías de Petión y con el apoyo de Brión, que disponía de los recursos salvados de Cartagena. Estos factores determinaron la aceptación de El Libertador como jefe de la expedición mediante el compromiso de que convocara e instalara el Congreso de Venezuela tan pronto fuera ocupado el territorio.
"Expedición de Los Cayos". Autor:Tito Salas, 1927-1929
El dos de mayo, las naves patriotas, bajo el mando de Luis Brión, sorprendieron y derrotaron dos barcos españoles a la altura de Los Frailes, al noreste de Margarita. Este mismo día como a las nueve de la mañana cantó el vigía vela enemiga al Oeste, corriendo con las armaduras a estribor, y se reconoció ser una goleta grande de gavia. Poco después se avistó un bergantín, también enemigo Clavando el Pabellón Nacional al palo mayor, la goleta “La Comandanta”, donde iba Bolívar, se dispuso a dar caza a los barcos enemigos, se lanza al abordaje del bergantín “El Intrépido”, de catorce cañones de a 8, entre los cuales había 6 culebrinas de bronce, y 140 españoles de guarnición al mando del teniente de fragata Don Rafael La Iglesia, que murió en el combate. Aun cuando durante un largo rato estuvieron los buques a menos de un tiro de pistola sin poder fijar los arpeos o garfios, por los esfuerzos del enemigo por impedirlos, por fin se logró la operación, y un grupo de patriotas se lanzó sobre la cubierta de “El Intrépido”, blandiendo los sables, y se siguió una lucha desesperada al arma blanca, que finalizó en triunfo para la armada patriota. A raíz de este encuentro, desembarcaron en Juan Griego, y poco después, el 6 de mayo, reunieron en la Villa del Norte una asamblea en la cual tomaron parte los patriotas margariteños que bajo la dirección de Arismendi se habían sublevado poco antes contra las autoridades realistas de la isla. Esta asamblea ratificó a Bolívar como Jefe Supremo y nombró a Mariño como segundo. Con este carácter, El Libertador dictó el 8 de mayo una proclama, en la cual dice, entre otras cosas, lo siguiente:
“Venezolanos: he aquí el tercer período de la República… Nuestras reliquias dispersas por la caída de Cartagena, se reunieron en Haití. Con ellas y con los auxilios de nuestro magnánimo almirante Brión, formamos una expedición que, por sus elementos parece destinada a terminar para siempre el dominio de los tiranos en nuestro patrio suelo… El Congreso de Venezuela será nuevamente instalado donde y cuando sea vuestra voluntad..
Yo os autorizo para que nombréis vuestros diputados en Congreso, sin otra convocación que la presente, confiándoles las mismas facultades soberanas que en la primera época de la República…
Españoles que habitáis a Venezuela, la guerra a muerte cesará si vosotros la cesáis: sino, tomaremos una justa represalia y seréis exterminados..”.
El primero de junio los patriotas desembarcaron en Carúpano, y al día siguiente El Libertador dictó su célebre Decreto dirigido a los habitantes de Río Caribe, Carúpano y Cariaco, región cacaotera de numerosa población esclava, por el cual se les concedía la libertad a los esclavos que se incorporaran al ejército patriota. El Decreto dice así:
“Considerando que la justicia, la política y la Patria reclaman imperiosamente los derechos imprescriptibles de la naturaleza, he venido ha decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español, en los tres siglos pasados. Considerando que los República necesita de los servicios de todos sus hijos, tenemos que imponer a los nuevos ciudadanos las condiciones siguientes:
Artículo primero. Todo hombre robusto desde la edad de catorce hasta la de sesenta años, se presentará en la parroquia de su Distrito a alistarse en las banderas de Venezuela, veinte y cuatro horas después de publicado el presente decreto.
Artículo cuarto. Los parientes de los militares empleados en el ejército libertador gozarán de los derechos de ciudadanos y de la libertad absoluta que les concede este decreto a nombre de la República de Venezuela.
Mariño, Piar y Arismendi quedaron al mando de las operaciones militares en Oriente; y El Libertador, con 600 hombres, se embarcó en Carúpano con rumbo al centro. Desembarcó en Ocumare de la Costa y destacó la vanguardia hacia los Valles de Aragua para forzar el ataque a Caracas. Sin embargo, sus tropas fueron rechazadas y tuvo que reembarcarse, dejando en tierra algunos contingentes. Bolívar se dirigió a Bonaire, y poco después volvió a Oriente donde fue desconocido por Mariño y Bermúdez. Después de este hecho, El Libertador se marchó de nuevo a Las Antillas, en donde permaneció hasta fines de 1816. El 28 de diciembre de ese mismo año, desembarcó de nuevo en Juan Griego y de allí pasó a Barcelona, reconocido una vez más como Jefe del Ejército Patriota.
Las tropas que quedaron en Ocumare de la Costa, bajo la dirección de Mac Gregor, evadieron el encuentro con los realistas, y a través de los Valles de Aragua y los llanos de Guárico, fueron a incorporarse a las guerrillas de Zaraza y Monagas. Estos contingentes engrosaron en los llanos de Barcelona las fuerzas que Piar había llevado desde Carúpano, y juntas bajo la dirección de Piar, derrotaron a los realistas en El Juncal, asegurando con esta victoria las posiciones patriotas en las provincias orientales.
A fines de 1816, la situación de los patriotas era de franca recuperación. El balance de los hechos militares de ese año, permite establecerlas siguientes conclusiones:
1) Volvieron al país importantes contingentes de patriotas que se habían refugiado en Las Antillas.
2) Se realizó la unificación de estos contingentes con las guerrillas que habían quedado en el país después del fracaso republicano de 1814.
3) Se obtuvieron triunfos militares que pusieron en manos patriotas el territorio oriental.
4) La ocupación del Oriente permitió a los patriotas llevar a cabo la conquista de la provincia de Guayana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario