Los Pollitos dicen... Extraido de: El Blog de Irina Capriles.
Hoy he tenido la certeza de que la buena vida no es sino una aplanadora que va pasando por encima de las desgracias ajenas. Y ajeno es el vecino que sufre y el continente hambriento kilómetros más abajo. La buena vida avanza a su propia velocidad, que en unos es más tranquila y en otros más desquiciada, pero es la misma aplanadora. Van quedando atrás nuestros enfermos y muertos, amigos y familiares. No es que la vida sigue; es que la buena vida niega silenciosamente esas pérdidas y esos enfermos; y todas las desgracias del mundo que estén más allá. Ha desaparecido el luto interior que es el que importa. Y es una lástima, porque el luto era tiempo de reflexión más que de recuerdo. Pero hay tanta buena vida pendiente, esperando, que no podemos perder tiempo, porque la buena vida sigue; y es necesario aprovechar cada minuto para vivirla intensamente. Va pasando la aplanadora, seguimos trabajando, cantando, mirando positivamente hacia adelante. Y desde el asientico sobre los dos grandes rodillos de nuestra aplanadora personal, nos damos cuenta que no hay retrovisor.
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