Inexorablemente, por ahora, los seres vivos cumplimos un proceso vital que normalmente consiste en: SER ENGENDRADO, NACER, DESARROLLARSE, ENVEJECER HASTA CIERTO PUNTO Y FALLECER. La humanidad aún no controla el sueño de la eterna juventud…parece ser que la MADRE NATURALEZA y/ó DIOS se reserva(n) esta prerrogativa sobre el control de la existencia de LA VIDA terráquea. Algunas de estas etapas pueden ser obviadas cuando la muerte presurosa nos arrebata la vida a algun@s, Existen diversas y respetables creencias acerca de otras formas de existencia posteriores a la vida y la muerte, pero lo que -como pretendid@s revolucionari@s- nos debe ocupar AQUÍ Y AHORA en la existencia terrenal es precisamente EL AQUÍ Y EL AHORA CONSTANTE, PERMANENTE E INMANENTE. No deben existir diferencias desfavorables a ciertos grupos de seres, para eso son LAS LEYES (al menos eso nos inculcó NUESTRO LIBERTADOR Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, quien sabiamente afirmó que nacemos desiguales, pero que los gobiernos y las legislaciones deben servir para acercarnos a la igualdad y a la máxima felicidad posible), y las leyes humanas han ido creando la medicina social, entre otras instituciones, para que tod@s los engendrados podamos nacer en similaridad o igualdad de condiciones (la prefectibilidad del derecho a nacer bajo cuidados de la MADRE y la sociedad). Ha ido el ser humano (el PUEBLO BOLIVARIANO en su AFÁN LEGÍTIMO DE SUPERVIVENCIA Y MEJOR VIVIR) generando formas organizativas e instituciones que protegen la vida de tod@s en sus diversas etapas. La Revolución Bolivariana ha venido haciendo énfasis concreto en todo esto, muchísimas veces de modo paralelo (las MISIONES REVOLUCIONARIAS) a obstaculizantemente perversas y fosilizadas instituciones y “seres” que se niegan a ser transformad@s ni siquiera por el sentimiento supremo del AMOR, prefiriendo asumir el ODIO como fuerza sustentadora de sus groseras prerrogativas excluyentes…allá ell@s: EL ODIO Y SUS CONSECUENCIAS SON COMPLETAMENTE SUY@S, eso si, quédensel@s.
En este AQUÍ Y AHORA, grito muy quedamente para despertar -sin sobresalto- a nuestros compatriotas asambleístas, quienes pareciesen dormir a veces ante una realidad…quizás varias, muchas, entre otras, las que aquejan a quienes envejecen(mos) sobre esta tierra y seremos orgullosamente sembrados, integrándonos más que nunca a ella: RECUERDA HOMBRE Y MUJER QUE VIENES DEL POLVO Y AL POLVO VOLVERÁS, mientras tanto, me decía una amable y contemporánea doctora, “debemos hacer lo posible por hacerlo todo de modo más sano y felizmente llevadero”. ¿Qué hacer? Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha (V.I. LENIN). ¿Cómo l@s pensionad@s podemos lograr tal cosa sin leyes que nos apoyen? ¿Acaso por no estar trabajando ya -much@s de nosotro@s- debemos conformarnos con un ingreso equivalente a un salario mínimo mensual (su nombre lo dice: mínimo, menos que eso parece ser nada), sin bono para alimentación, medicinas, bono vacacional, etc., etc. No pretendemos (al menos en mi caso particular) ostentar el sueldo de un(a) magistrado, ni su bono de alimentación SERÍA UNA GROSERÍA ENORME A LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, A NUESTRA GENTE Y A NUESTRAS LEYES, pero eso sí, establezcamos que, debe resultar bien triste vivir los últimos tiempos (con perdón de la memoria de NUESTRO LIBERTADOR) y tener que morir en otra casa y tierra ajena, con camisa prestada y la solidaridad o caridad de alguien, porque l@s pensionad@dos no somos prioridad legislativa, somos tan solo “esa lavativa”. MANUEL BOFFIL BELLO
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