Apocalipsis. 3:1617

"Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."

Lo cultural/ideológico en manos explotadoras: manipula, mediatiza, limita y oprime hasta la total dominación.

viernes, 18 de diciembre de 2009

¿SOMOS OBJETOS DE DESECHO?

Autor: Carlos González
En un documental de la película “Drácula” protagonizada por Bela Lugosi, la actriz Carla Laemmle, ya anciana, cuenta sobre su breve participación en esta película clásica del año 1931 y cómo aún hoy sigue recibiendo cartas de admiradores de todo el mundo, felicitándola. Apenas sale en la primera escena, dice solo una línea y aún la felicitan después de varias décadas; la pregunta es: ¿Cuantos actores o actrices venezolanos o extranjeros venidos a esta “Tierra de Gracia” pueden decir lo mismo? Todo esto viene a cuento por la muerte de la actriz canario-venezolana Bárbara Teide, una señora hermosa, educada y buena actriz que nos deleitó en sus papeles telenovelescos sobre todo cuando hacía de villana. Simplemente su muerte pasó casi desapercibida ¿Por qué esta indiferencia del público venezolano? Casos como este sobran en el ambiente artístico venezolano: ese gran comediante que fue Kiko Mendive ,que tanto nos hizo reír, se desvaneció en medio de la indiferencia; Orangel Delfín , el primer actor de la televisión venezolana murió también en el olvido. Estoy seguro que usted podrá añadir otros ejemplos y la lista, verá, se hará larga ¿Será que los venezolanos perciben a los actores como los antiguos romanos a los gladiadores? Es decir, una mezcla de admiración y desprecio ¿Todo se trata de consuma y deseche como cualquier otro artículo? Yo no estoy diciendo que cuando un actor fallece el público debe suicidarse como en la época de Rodolfo Valentino o Sarah Bernhardt ¡No es eso, no es para tanto! Pero ¡Caramba!¡Tanta indiferencia del público asombra! Porque la indiferencia con la muerte de alguien es la indiferencia con la misma vida de ese alguien. El actor o la actriz solo sirven para el chisme ocasional, el relleno de conversación de sobremesa o el comentario destructivo en esos detestables programas de chismes faranduleros. El ser humano real no importa. Como no importa nada en este mundo regido por anti valores donde todos somos objetos de desecho.
Carlos González



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