Apocalipsis. 3:1617

"Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."

Lo cultural/ideológico en manos explotadoras: manipula, mediatiza, limita y oprime hasta la total dominación.

viernes, 1 de octubre de 2010

ALBERTINA ALVAREZ, LA MAMÁ DE LOS EXTRAS DE TV.

A la Señora Albertina, como le decía cada mañana al darle los buenos días por la ventanilla de vidrio -para atención de los extras- mientras disfrutaba su amable sonrisa y soñaba con la posibilidad de trabajar en tv, siempre la recuerdo con gran afecto. Ahora que miro atrás, me doy cuenta de lo valioso que es saber sonreir y tratar bien a aquellos que comienzan a incursionar en cualesquiera de las vertientes laborales posibles, sobre todo cuando uno les puede ver el baúl de esperanzas y lucha que llevan consigo a cuestas, como si no pesara absolutamente nada. En los ochenta éramos un montón de personas “montándole guardia” a las infinitas posibilidades del ser, éramos permanentes custodios de la entrada ppal. de CORAVEN C.A. A veces sin tener para una buena arepa, a esas horas nos conformábamos con una empanadita y en última instancia un cafecito negro fuerte. Personalmente me tocaba ver y disfrutar a MI CARACAS, NUESTRA AMADA CARACAS, gracias a las bondades de un tranvía (realmente era un viejo autobús tan caraqueño como la ciudad misma, quizas de tanto recorrerla) de una línea canonizada como SAN RUPERTO. Nadie podría imaginar como ese, mi barco de papel, me dejaba llegar a escasos metros del circo más grandioso y fantástico del mundo: CORAVEN!!! donde aquella dulzura negra de Mujer (Albertina Alvarez) fungía de hada madrina de todos(as) los que, bien a dentelladas o bien a tropezones de amor por el espectáculo, buscábamos algo entre “candilejas”. Transcurridos los años, recuerdo como Albertina me regaló una cajita llena de cebo animal, para “borrar” una cicatriz que yo llevaba en la mano derecha. Sin embargo, con los años, debo decir que: hay cicatrices que uno lleva con orgullo hasta el final. Profunda fué la huella dejada en mí por la Sra. Albertina Alvarez durante el prolongado ritual de mi iniciación a la tv venezolana.



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